martes, 18 de mayo de 2010

Dejad que los niños vengan a Mi


Las jóvenes le siguen rondando la mente
El deseo es frecuente, pero ellas lo podrían delatar,
Él conoce del castigo de lo que se vuelve público
Así que refugia en la obscuridad las tentaciones carnales,
Y duerme al deseo en acciones manuales.
Pero él ya está cansado de maniobrar
En dirección contraria a la de orar,
Debe haber otra forma de aplacar su sed,
Deben existir seres que, en su inocencia, caigan en su red;
Alguien que sea fácil de manipular,
Alguien a quie pueda convencer de callar.
Y justo ahí aparece el niño que lo llama “papá”
Pues el chiquillo cree que debajo de la sotana
Se encuentra un ángel en quien puede confiar
(Nada más alejado de la realidad)
Pero ¿cómo no va a creer eso si su mamá le vive repitiendo
que el cura es quien posee la verdad
y quien dictamina lo que es bueno y lo que es malo?
Entonces ¿cómo esto sepuede frenar?
La iglesia está en decadencia.

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